domingo, 26 de febrero de 2012

Lloró Padua

Cuántas caras conocidas...estabamos todos. A las 20:00 hs la cuadra de Pina rebalsaba de gente de todas las edades. La tristeza estaba ahí, en las cientos de miradas... y de principio a fin se sintió con la misma fuerza. La marcha empezó puntual y en silencio...a los pocos metros las palmas golpearon como acordes perfectos. A veces, por la impotencia o por la bronca, golpeábamos con más fuerza... con tanta fuerza. Los carteles arriba, prendidos. Las velas iluminando la caravana... Las lágrimas que no dejaron de caer.

Imposible no sentir frío en la noche de ayer. Un frío vacío. Parecía que el viento, que caminaba con nosotros, quería llevar esos aplausos de justicia bien alto, o bien lejos, para que todos escuchen el reclamo. Para que todas las puertas de los argentinos sepan que estábamos ahí, representando a nuestros vecinos que se fueron el miércoles.

Padua es muy chico. Conocemos al dueño del almacén, tenemos un ferretero amigo o siempre vamos al mismo taller de confianza. Todos varias veces pasamos por la única cuadra céntrica y siempre alguien es hermano o primo o amigo de algún conocido. Y aunque no todos tuvimos la suerte de conocer directamente a los chicos, las dos almas que estaban en el aire eran parte de nosotros. Así se sintió.

Cuántas veces nos cruzamos en la estación de tren para ir a la Universidad o a trabajar. Los viajes para once que se hacen un poco más cortos cuando te encontrás con algún vecino del barrio. Situaciones que hacen pensar. Ésto nos pasó a todos. No lo dejemos pasar. Por Lucas y Tatiana, por las otras 49 personas que fallecieron en la tragedia, por todos los que viajamos en esos vagones alguna vez (o todos los días).

En la placita enfrente de nuestra iglesia las palmas cesaron y se sintió el sonido del silencio. Fueron 5 o 6 o 10 minutos que estuvimos todos callados, pensando... llorando... abrazados.  Caras y gestos que demostraban que todos nos acompañábamos en ese profundo dolor. Callados, mirando el cielo que parecía caerse en cualquier momento.

Un aplauso, el más fuerte y el más desgarrador que jamás haya escuchado, concluyó con la marcha. Algunos volvimos al lugar donde empezó. Había más vecinos reunidos en la esquina de Noguera e Italia. La mamá de Lucas, la hermana, la familia de Tatiana. Los carteles siempre arriba, las velas que no se apagaron, las manos que no pararon de gritar.

La guitarra de Lucas hizo música en ese refugio que construimos.

Informaciones falsas que empañan la visión. 
Madera noble, roble es mi corazón...

Lloró Padua ...
y lloró el cielo con nosotros.

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Por favor, difundir:
Mañana feriado a las 12:30 vamos a juntarnos en el teatro Margarita Xirgu en Chacabuco 875 San Telmo. Los padres del Chimu van a dar un comunicado. El teatro tiene capacidad para 1000 personas. Necesitamos que VENGAN TODOS!!!

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