jueves, 15 de septiembre de 2011

La Noche de los Lápices



 
"Yo respondo por mi juramento,
que está basado en los últimos minutos
de convivencia.
Ellos me gritaban que no los olvide
y que los recuerde siempre."

Pablo Díaz, sobreviviente de 
La Noche de los Lápices(*)



Pablo Díaz se refirió a sus 6 compañeros que en 1975 apoyaron y participaron activamente de la campaña por el Boleto Escolar Secundario (BES) en la ciudad de la Plata y que el 16 de septiembre de 1976, por seguir sus ideales, fueron brutalmente secuestrados y torturados en el centro clandestino de Arana, en donde el terror y la muerte eran moneda corriente.

La irrupción violenta en la vida de estos jóvenes fue llevada a cabo por autoridades del ejército dirigidas por el general Ramón Camps, que estuvo a cargo de la Policía de la provincia de Buenos Aires
durante el golpe y que calificó a la tragedia de septiembre como lucha contra "el accionar subversivo en las escuelas".
 
María Claudia Falcone, Francisco Lopez Muntaner, Daniel Alberto Racero, María Clara Ciocchini, Claudio De Acha, Horacio Úngaro son los adolescentes de entre 16 y 18 años que militaban en la Unión Estudiantil Secundaria (UES) y que, al igual que Pablo Díaz, Gustavo Clotti, Emilce Moler y Patricia Miranda, de igual edad, fueron detenidos sin juicio previo durante noches de septiembre pero que no tuvieron la fortuna de 'vivir para contar' lo que se conoce como La Noche de los Lápices.

“Durante noches”, leyeron bien. Plural. Fue el 8 de septiembre cuando secuestraron a Gustavo; el 16 de septiembre cuando secuestraron a Claudia, "Panchito", Daniel, María Clara, Claudio y Horacio; el 17 cuando secuestraron a Emilce y Patricia Miranda, una estudiante que no tenía que ver con la  militancia, y por último, la noche del 21 de septiembre, cuando secuestraron a Pablo Díaz, que en ese entonces era un joven de 18 años.

Si bien los secuestros transcurrieron en fechas distintas, los adolescentes fueron considerados subversivos por la misma causa, fueron torturados de la misma manera y fueron presos de una misma noche opaca y fúnebre que ellos mismos avecinaban como perpetua.


María Claudia, de 16 años, era abanderada y estudiante de Bellas Artes y junto con María Clara, de 18, iban a ingresar a la Universidad del mencionado rubro; Patricia, de 17 años también asistía a la Escuela de Bellas Artes. Francisco, de 16, militaba en la UES de Bellas Artes al igual que Emilce, de 17 años. ¿Casualidad?
 
Los artistas tenían afición a la militancia. Emilce Moler, una de las sobrevivientes del atentado contra la humanidad, detalló: “Estaban los que no se enganchaban, pero a la edad que yo tenía, y en Bellas Artes donde todo era libertad, participación y solidaridad, era imposible no militar. La revolución parecía estar ahí nomás. Latinoamérica estallaba por todos lados. Teníamos los modelos socialistas de Chile y Cuba. Yo podía no saber en qué partido, pero que iba a participar no tenía ninguna duda.”

Pablo Díaz, que integraba la Juventud Guevarista del Partido Revolucionario de los Trabajadores, fue otro de los sobrevivientes. Luego de haber vivido el infierno en el centro de detención clandestino de Arana, fue trasladado hasta otro centro conocido como “El Pozo de Banfield”, en donde se reencontró, para su sorpresa, con los seis estudiantes y amigos secuestrados el 16 de septiembre, sin saber que los días que compartieron el cautiverio fueron las últimas ráfagas de vida que Pablo alcanzó a sentirles.

"Soy el único que salió con vida del Pozo de Banfield- declaró - el único que estaba con ellos cuando me dijeron que tenía un salvoconducto que me salvaba de la ejecución y que me trasladaban bajo la amenaza de no contar nunca lo que había vivido, de lo que había sido testigo. Sólo ellos me gritaban que no los olvide y que los recuerde siempre”


Lejos de pactar con el silencio, Pablo
- liberado recién en 1980 luego de estar durante casi 5 años bajo la disposición del PEN (Poder Ejecutivo Nacional)-  habló.
 
La desgarradora versión que el protagonista de tan vil secuestro, tuvo la posibilidad de transparentar gracias de su liberación, fue plasmada por María Seoane en el libro “La Noche de los Lápices” y luego llevada a la pantalla grande el 4 de septiembre de 1986 por el director Héctor Olivera. (**)

Gracias a testimonios como el de Pablo Díaz y Emilce Moler, mucho más se sabe sobre lo que los militares enorgullecidos llamaron Proceso de Reorganización Nacional que se gestó entre 1976 y 1983  y que fue el golpe de estado más sangriento de la historia argentina, caracterizado por innumerables crímenes de lesa humanidad que dejó un saldo de 30.000 desaparecidos y millones de espectadores paralizados y tantos otros acribillados del dolor que significó la pérdida de familiares y amigos.

Como procedentes de la generación que padeció un homicidio al sentido de la vida misma, como principales actores del presente, como personajes directos de la historia, creo que es indispensable y absolutamente necesario apropiarnos de los gritos agudos y penetrantes que escucharon los oídos de Pablo.

“¡No nos olvides!”, vociferaron con la última fuerza que les quedaba en los cuerpos flacos, en las manos secas y los pies descalzos. 
“¡No nos olvides!”, lloraron y uno casi puede sentir hoy, 35 años después, el dolor de esas palabras. De esas largas y escalofriantes palabras que 6 chicos de entre 14 y 18 años pronunciaron al unísono, cargando 236 adolescentes más a la par de ellos.

Este viernes se cumple otro aniversario de La Noche de los Lápices. Confío en que un minuto, o media tarde, o todo el día, o toda la vida, vamos a ser fieles a hacer justicia por esos años de silencio reprimido y a cumplir el último pero inmortal deseo que pidieron los detenidos desaparecidos. Confío en que vamos a preocuparnos y a ocuparnos de que no más (ya nunca jamás) vuelvan a suceder acontecimientos como la masacre iniciada en la madrugada del 16 de septiembre de 1976.

Victoria Belén

(*) junto con Gustavo Clotti, Emilce Moler y Patricia Miranda fueron los cuatro sobrevivientes de la noche que sigue haciendo historia.
(**)Nominada al Premio San Jorge de Oro en el Festival Internacional de Cine de Moscú en 1987. No dejen de verla.

2 comentarios:

  1. Facundo Benedetto

    Belu, que texto te mandaste! genial la redacción, está bárbaro!

    Que triste que hayan pasado cosas de esas, pero que bueno que todo haya quedado en el pasado. Por suerte algunos de los chicos que sufrieron eso pudieron sobrevivir para contar lo que les hicieron y que los culpables de un tiempo a esta parte esten pagando por cada una de las atrocidades que cometieron!

    De vuelta, te felicito.

    15 de septiembre, 23:35

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    Juli Racimora Belu, otra vez. Me encanto tu nota! La verdad, es un placer leer lo que escribís. Como bien decís "no tenemos que cansarnos de generar conciencia". Eso es lo que ilustró tu nota, el deseo de recordar y nunca olvidar lo que pasó.
    Gracias por traer a la memoria este día; El ayer, que debe ser el hoy.

    16 de septiembre, 0:26

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    Aye Zabaleta
    No se puede decir mucho. Cada testimonio de esa epoca nefasta te desgarra un poquito. Son cicatrices en nuestra historia y en nuestro presente que nunca se van a cerrar. La cárcel no nos va a devolver la vida de una generación que se animo ...Ver más

    16 de septiembre, 1:04

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    Juanete Gauna

    muy bueno Belu. Me gusto mucho. Hagaos memoria y tambien justicia, aunque sean todos viejos chotos como vos decis, nunca es tarde para hacer justicia

    16 de septiembre, 11:15

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  2. Romina Mancini

    Excelente Belu!! Me encantoo!! Y con tu nota relacione que por cosa del destino o vaya uno a saber de que, yo soy una mina a la que le interesa sobremanera la epoca nefasta de este pais. Es un tema que me apasiona, pero desde el dolor y la bronca que me genera; y me asombra que la fecha de la noche de los lapices, sea la misma que mi cumple. Azar? No creo. Atando cabos todo me cierra mejor, desde mi pasion, hasta la fecha de mi cumple!
    Me encanto la nota, excelentemente escrita, sin caer en el "morbo" si se le quiere, pero aun asi,yendo bien profundo al corazon de cualquiera que la lea. Es un tema tan delicado, es una herida tan abierta en este pais, que creo que la mayor "curita" es no perder jamas la memoria, siempre recordar, pedir justicia y por sobre todas las cosas, como bien decis vos, hacernos eco de esos gritos, hacer valer su lucha y demostrar que nada fue en vano y que hoy por hoy, la juventud esta intentando paso a paso, volver a lo que era, con ideales, y luchando por ellos!

    16 de septiembre, 12:51
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    Mariano Jorge

    Emocionante el relato, acorde al acontecimiento histórico.Sigamos revisando nuestra historia, profundizemos nuestra mirada en aquellos hechos que pueden llegar a ser dolosos.Esos pibes creyeron, sintieron y soñaran una Argentina más justa y equitativa.Sigamos recorriendo en conjunto este modelo de país que cobija a los que menos tienen y garantiza los derechos de los jóvenes.Tomemos sus banderas y llevemoslas hasta la Victoria!.Felicidades Belu!

    17 de septiembre, 1:35
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    María Paula Chianelli

    Buenísimo Belu, sin palabras. No me entra en la cabeza como un ser humano puede ser tan cruel.

    17 de septiembre, 12:38

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    Rubén Darío Bogarín

    Felicitaciones belu. Antes que nada les dejo unas preguntas que me replantié muchas veces. En primer lugar aclarando que el número de desaparecidos durante esa dictadura es dudoso ya que si bien las abuelas de plaza de mayo estiman que fueron 30.000 desde la CONADEP sólo se denunciaron 7.380 y desde la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación Argentina fueron registrados 13.000 desaparecidos ¿Creen que el número cambia algo de nuestra historia? ¿Fue genocidio? ¿Cómo ven que el prólogo del informe "Nunca más" de Sabato haya sido modificado? ¿Qué se haya resarcido economicamente (o indemizado) a los familiares de las víctimas? Lo que es innegable es que los militares fueron unos hdp y que de los derechos humanos se cagaron de la risa.

    18 de septiembre, 3:27

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    Ivan Hojman

    no se si tiene que ver con la cantidad de desaparciones que hubo. Creo que lo grave es que se utilizo todos los recursos del estado para desaparecer y matar a su propia poblaciòn por el sòlo hecho de que no compartian su ideologìa. Y que ademas se llevaron por delante la justicia, y todo. Todo fue nefasto, muy nefasto

    18 de septiembre, 13:48

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